Carta II

viernes, 2 de abril de 2010





DE Zelda Fitzgerald (copia, fragmento)
Otoño de 1930 Clínica Prangins, Nyon (Suiza)

Goofy, cariño, ¿a que ha sido un día precioso? Me desperté esta mañana y vi el sol como un regalo de cumpleaños en mi mesa, así que lo abrí y revolotearon en el aire un montón de cosas preciosas: amor a Doo-do y la sensación recordada del roce fresco de la piel del uno en la del otro en otras mañanas como una maestra. Y telefoneaste y dijiste que había escrito algo que te gustaba, por lo que no creo que haya sentido nunca mayor dicha. La luna desaparece en las montañas como un centavo perdido y los campos son negros y acres y deseo que estés para poder acariciarte en la quietud otoñal aún un poco como el último eco del verano. El horizonte se extiende sobre la carretera a Lausana y los campos suculentos como una guillotina y la luna sangra sobre el agua y no estás tan lejos que no pueda oler tu cabello en la brisa secante. Cariño, me gustan estas noches aterciopeladas. Nunca he podido determinar si la noche era un amargo [...] o un patrón espléndido, ni si te amo más en los eternos amaneceres clásicos en que se funde con el día, en la plena fanfarria religiosa de medianoche o tal vez en la plenitud del mediodía. De todos modos, te quiero muchísimo y me telefoneaste porque sí esta noche. Caminé por los cables telefónicos dos horas después aguantando tu amor como un parasol para mantener el equilibrio. Cariño mío.

[…]

Cariño. ¿Te sientes quizá sin rumbo, sorprendido, mirando bastante acusador que no llegue a ocurrir ningún melodrama cuando acabes la obra, como si hubieras cabalgado contra viento y marea con un mensaje para salvar a tu ejército y te encontraras con que el enemigo ha decidido no atacar (tal como te sientes a veces), o eres un niñito precioso con una fiesta a media semana (tal como eres a veces), o estás organizando, dinámico, y arreglando las cosas, como siempre?

Te quiero como eres siempre.

Buenas noches,
Cariño,

Cariño mío cariño cariño cariño cariño
cariño mío cariño cariño cariño cariño
cariño cariño cariño cariño
cariño cariño cariño cariño
cariño cariño cariño cariño
cariño cariño cariño cariño
cariño cariño cariño cariño




New Jersey, marzo de 1920

"Señorita Zelda Sayre:

Acaba de llegar tu carta. Contaba con que salieras de Montgomery el treinta de este mes, pero si estás lista para venir antes, digamos el veinte,telegrafía hoy. Sabes que te deseo constantemente mi niña. Tu foto noha llegado. Escribo mucho".

Carta de Francis Scott Fitzgerald a Zelda Sayre.



Y recordar siempre la palabra deseo antes ni pasaban por mis oidos y ahora solo tu me la dices


Esto solo es parte de un mundo lleno de amor ,esquizofrenia , alcohol , infidelidades todo esto a traves de una pareja que como existen no saben buscar las soluciones correctas. Transmitir en estas dos cartas publicadas tal ves un sentimiento que si conoces algo de mi entenderas que partes son un beso hasta pronto tal ves esta noche como todas en un mensaje una vos o un verte .

0 comentarios:

Publicar un comentario